Trata de una chica que viene de la ciudad, una gran ciudad metropolitana. Es una chica atractiva pero su moral no es muy alta, es una chica rara por así decirlo. Mientras las demás chicas de su edad solo piensan en chicos y moda a ella le encanta la música, el manga y el ordenador, así se siente a gusto, pero echa en falta algo: la emoción de vivir una aventura pero ella sabe de sobra que en una sociedad como la de hoy en día una aventura como las que viven los protagonistas de sus mangas es algo casi impensable por lo que se auto consolaba pensando que esa vida aburrida y solitaria era lo mejor para ella. Está inmersa en su rutina, estudia y luego se interna en su PC. Tiene amigos, claro, pero no acaba de conectar del todo con ellos.
Un día Laura se levanta pronto, se arregla para ir a clase y va a coger el metro. Todas las personas a su alrededor parecen ocupadas y atareadas, incluso alguna la empuja sin darse cuenta. Ella se siente como un fantasma, se pregunta por qué nadie se da cuenta de su presencia.
Finalmente entra en el vagón de metro y se sienta en un asiento libre enfrente de la puerta. Junto a ella una señora muy arreglada que parecía algo molesta y un ejecutivo que no paraba de hablar por el móvil. Laura piensa que todos son iguales y que solo piensan en la apariencia y en el dinero. Se evade del mundo poniéndose los cascos para escuchar su grupo favorito. Y con la música a todo volumen cierra los ojos para que la oscuridad la envuelva. Laura viaja a un mundo donde todo está hecho a su gusto, ese mundo al que a veces todos viajamos en los momentos más íntimos.
De repente siente algo extraño y cuando abre los ojos descubre que el tren a llegado a su parada y que el vagón esta prácticamente vació, solo un chico permanece allí. Su aspecto era algo extraño, ella no era capaz de reconocer ese estilo entre los múltiples existentes. Su pelo era pardo y cubría unos ojos color miel que se intuían levemente. Era un chico de mediana estatura y no parecía ser mucho mayor que Laura, se extraño mucho al no reconocerlo del instituto por que su aspecto era peculiar con un pelo alborotado pero atractivo, llevaba una cazadora sobre una sudadera gris algo vieja y unos pantalones algo viejos y desgastados por los bajos, al ser de una taya ancha ella pensó que el desgaste debía deberse al roce con el suelo.
De repente le chico miró a Laura fijamente y ésta se quedo petrificada. Sus ojos irradiaban una luz especial como si supiera lo que ella estaba pensando. Entonces Laura decidió levantarse para dirigirse hacia el, sin la menor idea de cómo actuar, estaba como hechizada por aquellos ojos marrones. de repente las puertas del vagón se abrieron y un tropel de personas entraron en él. Cuando ella quiso encontrar al chico, él ya no estaba.
Llegó a su clase y en su pupitre comienzo a pensar... ¿quién era?, ¿como se llamaba ?, ¿por qué la miraba ?, se sonrojo, ¿en qué cosas pensaba ? se dijo así misma, olvídalo y ¡estate atenta!...
De pronto se le acerco una amiga ...
- Laura, ¿te ocurre algo? jaja..
Lo preguntó al verla ensimismada mirando al infinito.
- no, nada... solo estoy algo mosca, ¿tienes los deberes de la hora siguiente?, es...es que se me olvidó hacerlo... je .. je..
Intento rápidamente cambiar de tema y sintiendo como se ponía su cara como un tomate, aunque no sabia por qué se tenía q poner así. Y continuó la rutina de las clases ese día. Consiguió medio olvidarse de lo ocurrido, haciendo un tremendo esfuerzo por concentrarse en las clases pero al terminar el instituto volvieron a su cabeza esos pensamientos que se acentuaron al llegar a la parada del metro para volver a casa... ¿volvería a estar allí...?, cuanta casualidad seria... ¿quiero yo encontrármelo de veras?...
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